domingo, 1 de junio de 2014

iDoceo: Un poquito de filigrana, por favor

Una de las cosas que tiene iDoceo, buenas o malas según se tercie, es que prácticamente todo aquello que quieres se puede hacer. Es más, la aplicación ofrece tantas posibilidades que muchas veces el problema es decidirse entre ese mar de opciones, iconos, símbolos, notas, colores etc. Reconozco que al principio me sentí un tanto abrumada, pero después de ese momento de pánico me recompuse y decidí que antes de lanzarme al ruedo lo primero era saber exactamente qué quería y cómo.

La primera exploración fue configurar editores rápidos. Y eso ¿qué es lo que es? Pues un menú como el de la asistencia, que con un par de taps en una celda te salen una serie de iconos previamente configurados que te sirven para valorar a tu modo y manera un aspecto concreto, como por ejemplo el trabajo o la actitud. Se configuran desde el menú principal y tenemos la posibilidad de elaborar hasta diez diferentes, con un máximo de cinco iconos. Es una manera rápida de asignar valores a las casillas y, sobre todo, de no volverse loco buscando entre tanto icono porque ya no necesito acordarme de si el trabajo presentado fuera de plazo es la bandera azul o la amarilla. 




Trabajando con iDoceo: adecuando el programa a mis necesidades

Bueno, ahora que parece que hemos domado el iTunes y pasado los CD de audio al iPad, llegó el momento de meterse a fondo con el iDoceo, el gran culpable de que yo ahora mismo esté escribiendo este blog. 
Lo primero que uno debe hacer antes de empezar a trabajar con la aplicación es pensar mucho y bien qué es lo que tiene y, sobre todo, qué quiere y cómo. No es que el programa sea un compartimento estanco que no permita modificaciones, pero si logramos tener claro desde el principio qué tipo de grupos tenemos y cómo queremos organizar la información que generemos sobre ellos todo irá más rodado.

En la nueva versión de iDoceo, lo primero que hay que hacer es configurar el calendario. De esta manera planificamos el curso por semanas, diciéndole a la aplicación qué tenemos cada día y a cada hora, creando ciclos y hasta insertando días festivos. Con nuestro sistema educativo no hay mucha diferencia entre hacerlo o no, pero en otros países sería básico pues tienen clases de carácter mensual.

Una vez que tenemos el calendario listo, procedemos a crear los grupos-clase. Les asignamos nombre y color y le decimos a qué hora y en qué día tenemos clase con ellos. Estamos creando nuestro horario.



El siguiente paso es darle forma a los grupos. En nuestro caso, hemos creído conveniente organizarlos en varias cuatro pestañas por evaluación: Asistencia, Trabajo de Clase y Casa, Actitud y Notas

Asistencia
Como su propio nombre indica, en esta pestaña controlaremos las faltas y retrasos de los alumnos, y lo haremos de forma fácil, rápida y cómoda con el menú rápido que viene creado con el programa. Con sólo hacer un doble clic en el nombre del primer alumno nos despliega los tres iconos (asistencia, falta y retraso) y en un instante podemos seleccionar aquello que necesitemos, con la ventaja que iDoceo hace un cuenteo automático de dichos items. Vamos, que podemos consultar en cualquier momento el número de faltas y retrasos en un período de cualquiera de nuestros alumnos.










Trabajo de Clase y Actitud
No son pestañas difíciles de configurar, en el sentido técnico, sino que como el programa ofrece tantas posibilidades lo complicado es pensar qué vas a valorar y cómo. Por eso, decidimos que cada una lo haría a su manera, adaptándolo a sus necesidades y a los criterios exigidos en su centro.


Notas
Esta es la pestaña más complicada de elaborar, no porque sea complicada en sí misma sino por la gran cantidad de datos y variables que hay que tener en cuenta. Necesitamos saber cuantas pruebas, de qué tipo son y qué peso sobre el 100% de la nota final tienen. Si queremos darles valores numéricos o con letras. Si habrá más de una nota por cada destreza, en cuyo caso habrá que hacer medias, o no.... Todo es muy fácil de configurar, porque el programa es tremendamente intuitivo, pero si no lo tenemos claro o vamos improvisando sobre la marcha daremos unas cuantas vueltas de más. Lo bueno es que, una vez lista la primera evaluación, lo único que tenemos que hacer es copiar y pegar.



Esa aplicación llamada iTunes

La importación de los CD de audio de los métodos que usamos en clase era uno de los objetivos prioritarios que nos marcamos al empezar el grupo de trabajo. Los libros con los que se trabaja en el aula de idiomas vienen provistos de todas las audiciones necesarias para llevar a cabo las distintas actividades, pero eso implica llevar los CD de audio siempre encima y, lo que es peor, el aparato para poder reproducirlos. Total, que entre los libros, el estuche, el porta CD, el caseette, el iPad, las llaves y algún que otro cacharro más, a veces parece que vayamos a la guerra en lugar de a clase. Eso sin contar con los equilibrios que hay que hacer por las escaleras para que no se te caiga todo al suelo mientras vas esquivando a los alumnos. Toda una hazaña llegar al aula a tiempo, de una pieza y con todo listo para empezar.
Como mis brazos y mi espalda hace ya tiempo que me pidieron una tregua, se me ocurrió que una propuesta interesante a tratar en el grupo podía ser el pasar los audios al iPad y luego usar éste como reproductor. Pero, ay amigo, eso implicaba verselas con el iTunes. 


Mira que trabajar con Apple es fácil. Mira que las aplicaciones son sencillas de manejar y, sobre todo muy intuitivas. Mira...... mira que el iTunes no hay quien lo entienda. Para empezar hay que tener un máster o semejante para entender la mecánica de convertir el CD de audio al formato adecuado. Vamos, que hay que digitalizarlo para que almacene en la biblioteca. Una vez hecho esto, ya forma parte de una lista de reproducción, la cual podremos pasar del ordenador al iPad arrastrandola con el ratón. Hasta aquí, más o menos bien. El problema viene cuando por el camino se te pierden archivos, o los pasa en el orden que le da la gana. Eso sin contar que son audios que desconoce. Cuando es un CD comercial, iTunes se conecta a la red y busca la carátula original, a la vez que incluye datos como título del disco, autor o nombre de las pistas. Pero como los cd que pretendemos pasar son didácticos y no los encuentra, hay que editar los datos y meterle a mano toda esa información. En algún momento del proceso que desconocemos, la aplicación empieza a trabajar de manera autónoma y coloca los cd en el orden que quiere, borra lo anterior cuando le pasas otro nuevo etc. Vamos, que es muy útil tener todo esto en el iPad pero que requiere de mucho trabajo y paciencia, porque cuando te empiezan a pasar estas cosas es un poco desesperante.  

lunes, 26 de mayo de 2014

Importando documentos de SAUCE

Ahora que parecía que íbamos cogiendo carrerilla, llegaba el momento de enfrentarse a ese coco llamado SAUCE




SAUCE  es la aplicación que utiliza la Consejería del Principado de Asturias para la gestión de los centros educativos. En pocas palabras, una plataforma de uso discutido y discutible en el que los profesores ponemos las faltas de los alumnos, sus calificaciones, y consultamos sus datos personales y escolares.... entre otras cosas. Un momento, ¿has dicho consultar datos académicos y escolares? Me interesa, y mucho. Además, este año con el chollo de la tutoría estaría bien poder sacar la información de los críos del programilla de marras y mandarlo al iPad con un golpe de tecla, sin necesidad de tener que pasarme cuatro tardes metiendo a mano los domicilios y teléfonos. Venga, venga, ponte que esto promete.


Y ahí que nos pusimos, pero de la promesa no pasamos. El sistema es un poco farragoso, y a cada grupo por su lado le costó lo suyo llegar al punto en el que te permite la exportación de datos. Pero al final dimos con ello, y lo que descubrimos nos dejó con un sabor de boca un tanto amargo. SAUCE permite exportar datos, pero lo hace completamente a bloque y, además sólo lo más básico, nombre y apellidos y poco más. Nosotras que queríamos direcciones y teléfonos por aquello de la tutoría y resulta que no se puede..... Bueno, eso o no fuimos quien a descubrir la manera de hacerlo, pero más bien me inclino por lo primero que por lo segundo, porque nos dejamos las pestañas buscando.

Inconvenientes de ser tantas, y tan diversas

Uno de los propósitos que nos hicimos al terminar la primera reunión fue poner fecha para la siguiente. Y sí, puedo prometer y prometo que barajamos varias opciones, pero las posibilidades de juntar a nueve personas, de dos ciudades diferentes y trabajando en tres centros son ciertamente limitadas. Que si nostros tenemos claustro, que si yo juntas, que si..... Total, que como no eramos quien a encontrar un hueco común, decidimos hacer la puesta en común por subgrupos, el del Jovellanos y el de Montevil. Unos días antes de la reunión, les envié un correo con posibles puntos a tratar, a fin de establecer dos o tres objetivos comunes para poder trabajar lo mismo y en el siguiente encuentro hacer la puesta en común. Los elegidos para la gloria fueron:

DOCUMENTS BY READDLE




Es una aplicación para iPad que permite subir archivos a la tableta, gestionarlos en carpetas, compartir e incluso da la posibilidad de guardar aquellos documentos que abres en un momento determinado con otros programas. Es un programa muy completo pues no sólo permite organizar los archivos en múltiples carpetas a gusto del consumidor, sino que da la opción de compartir vía bluetooth e incluso enviar a otras aplicaciones. Sí señor, todo un descubrimiento.

SCANNER PRO





Una de las primeras cosas que nos planteamos al empezar a usar el iPad fue que nos liberase no sólo de trabajo sino también de peso. Por eso nos pusimos a investigar la posibilidad de utilizar el iPad como scanner de nuestros libros de texto y así poder liberarnos de ellos. La idea es buena, aunque no exenta de trabajo y algún que otro inconveniente. El más importante, la capacidad de las tabletas. Escanear los textos implica generar archivos de fotos que pesan y ocupan lo suyo. Operativamente es una gozada, pues supone no llevar nada más al aula que el iPad, pero requiere trabajo de campo en casa y, obviamente, logística adecuada: cañón retroproyector, cable adaptador... y lo más importante, un cambio importante en la mentalidad de trabajo, para poder pasar del texto tradicional al virtual.

iDOCEO





El objeto de deseo y la razón primera del grupo de trabajo. Hay tantas cosas que hacer con la aplicación que sólo decidir qué queríamos abordar nos llevó un buen rato. Tanto que cuando nos quisimos dar cuenta habían pasado las dos horas. Hay que ver lo rápido que pasa el tiempo cuando haces algo que te gusta. Pero, mira tú por donde, ya tenemos tema para el próximo encuentro: la importación de datos de SAUCE al iDoceo.

jueves, 8 de mayo de 2014

Y llegó la primera reunión

Que mira que se hizo esperar, pero por fin llegó. Como no terminábamos de decidir la sede, que si el Real Instituto Jovellanos (me encanta poner lo de Real, le da un toque tan aristocrático...) que si el Montevil (que es más de barrio pero un sitio magnífico donde los haya), al final el que decidió fue Omar, nuestro asesor. Ni pa tí ni pa mí, la reunión tendría lugar en el CPR.






El sitio está francamente bien, y más para una reunión de este tipo en la que necesitas conexión a internet y gadgets varios para hacer las cosas no sólo más amenas sino también más prácticas y fáciles de ver. En esta primera toma de contacto lo primero que hicimos fue presentarnos. Tengamos en cuenta que yo era la única que los conocía a todos, así que se hacía necesario una ronda tipo "Me llamo Nuria y soy profesora en.....". 

Pasado este trámite, nos pusimos manos a la obra, y como había que empezar por alguna parte, Omar nos dió una clase magistral sobre Google Drive y sus posibilidades educativas. He de decir que yo lo manejo desde hace tiempo porque me parece una herramienta imprescindible hoy en día, pero no puedo dejar de reconocer que aprendí alguna que otra cosilla. 


Decidimos asociar una cuenta que creamos sobre la marcha a Google Drive e ir volcando allí todo el trabajo realizado a lo largo de las reuniones, tanto las de grupo pequeño como las conjuntas. Y si, algo subimos, pero me temo que las cosas al cocer menguan y no lo hemos aprovechado como habría sido deseable.


sábado, 12 de abril de 2014

Los primeros pasos siempre son complicados

Ya te digo si son complicados, que por mucha voluntad que le echamos se nos pasó el primer trimestre y no conseguimos hacer na de na. Y no es que nos hayamos vuelto vagas, no, ni que queramos echar balones fuera, que tampoco, es que entre que la convocatoria y resolución de los grupos de trabajo salió relativamente tarde y que se nos echaron encima los exámenes de la primera evaluación, nos dieron las Navidades y salvo que todas teníamos muchas ganas de aprender poco más sacamos en claro. 

A la vuelta, en Enero, decidimos que había que coger el toro por los cuernos y ponernos a trabajar pero ya. De seguir así, no sólo nos iban a cerrar el chiringuito sino que íbamos a quedar peor que esos alumnos de los que siempre nos quejamos porque nunca entregan las cosas en tiempo y forma y se pasan la vida poniendo excusas baratas para justificar su ineptitud. (Me releo y me veo tan reflejada......)



Menos mal que el asesor de NNTT del CPR de Gijón (que es, al fin y a la postre, a quien tenemos que rendir cuentas de todos nuestros movimientos) nos dio un buen tirón de orejas y, al grito de "Se me pongan firmes" nos forzó a convocar la primera reunión. Nunca se lo agradeceré lo suficiente, ya que ese era el revulsivo que necesitábamos para echar a rodar el proyecto.




domingo, 26 de enero de 2014

Iniciamos la andadura

Aún recuerdo la primera vez que pisé el IES Montevil, allá por el mes de septiembre de 2012. La gente parecía agradable, pero lo que más me llamó la atención fue el gran número de iPads que asomaban bajo aquellos brazos. "No es un trasto barato" pensé, así que debe haber algún poderoso motivo, más allá de la frivolidad de mostrar al personal que estás a la última, para que este sea el instituto con más manzanas por metro cuadrado de toda Asturias.





No habían pasado unos días cuando me decidí a preguntar a una compañera del departamento y, a la sazón, consumidora también del dispositivo, el por qué de aquel uso masivo. "Ah, pero ¿no conoces iDoceo?" me contestó. "No, ni idea, no sé de qué me hablas". "iDoceo es una aplicación que permite gestionar todo lo que sucede en el aula. Se puede controlar las faltas, calcular las notas, realizar todo tipo de anotaciones.... hasta poner la foto de los alumnos". "Pues sí que tiene buena pinta, le dije yo, voy a tener que descargarmelo y empezar a experimentar".





Dicho y hecho, compré mi aplicación al módico precio de tres euros y al cabo de una semana supe que lo nuestro era amor a primera vista y ya no podría vivir sin ella. El primer trimestre fue duro, compaginando las anotaciones tradicionales con las electrónicas, pero como nunca me han gustado los cuernos, al comenzar la segunda evaluación decidí separarme de la libreta del profesor, mi fiel compañera durante todos los años que llevo dedicada a la enseñanza, y empezar una nueva vida al lado de iDoceo. Año y pico después seguimos viviendo una perpetua luna de miel.

Poco a poco fui dando dando el salto cualitativo hacia la tecnología, y era más que frecuente escucharme a la hora del café hablando con mis compañeras de departamento (tan forofas del iPad como yo) de las bondades del programa o de cómo solucionar un problema puntual con él. Algunos nos miraban con curiosidad, deseosos de saber qué era aquello tan maravilloso de lo que hablábamos sin parar. Otros ponían cara de "aquí vienen las locas del iPad". 





Los meses fueron pasando y oye, poco a poco nos fuimos creciendo al ver que las notas no se evaporaban de la tableta y que esta no explotaba cuando la sometíamos a largas sesiones de trabajo en época de evaluaciones. Y empezamos a pensar que igual hasta podíamos meter en aquel chisme los cd de audio que usamos en las clases. Ya puestos..... "¿cómo dice?" "¿que quiere queeeeee?" "Usted tiene que usar el iTunes" "¿El qué?" "El iTunes, el programa de Apple para pasar contenidos al iPad desde el PC" "Ay mi madre, y eso ¿cómo funciona" "Bueno, pues casi mejor se lo instala usted y experimenta, que no le va a pasar nada"





Hombre, no es que me hay muerto por usarlo, pero tengo la impresión que desde que nos tratamos el número de canas en mi cabeza ha aumentado significativamente y he vuelto a tomar el antiácido. Mira que las aplicaciones de Apple son fáciles e intuitivas, que lo son; pues iTunes viene a demostrarte que siempre hay una excepción a la regla. Sin embargo, he decidido que, aunque sea lo último que hago en esta vida, lo meteré en cintura y conseguiré que haga las cosas cómo, cuando y donde yo quiero. 


Y mientras pensábamos lo encantadas que estábamos con nuestros iPad y lo muchísimo que nos gustaba iDoceo, el curso escolar tocaba a su fin.  Bueno, parece que no nos ha ido mal del todo con el programilla, y no se ha acabado el mundo por no tener libreta del profe. Por cierto, mis brazos agradecen llevar un trasto menos a clase todos los días. Porque parece una tontería, pero cuando vas cargada como una burra con el textbook, el workbook, el basics, el reproductor de cd, el portacd, el estuche, y quien sabe cuantas cosas más, mientras subes o bajas las escaleras siempre a contracorriente (que es uno de esos misterios dignos de cuarto milenio, averiguar por qué siempre te encuentras con la marabunta en frente), llevar un bulto menos se nota muy mucho. 





A lo que voy, que me pierdo, que estábamos un día allá por el mes de junio tomado el café al recreo cuando Choni, la culpable de todo este embrollo, nos soltó como quien no quiere la cosa, medio en serio medio en broma, la célebre frase de "Teníamos que montar un grupo de trabajo sobre el iPad". Supongo que en aquel momento, nadie daba un duro por la idea así que lo dejamos pasar pensando que el verano enfriaría el tema y al comenzar el curso aquella euforia se habría diluído como un terrón de azúcar en un café. Nada más lejos de la realidad. Creo que fue el segundo día de septiembre, y tampoco recuerdo muy bien dónde estábamos, cuando Choni nos dijo que había hablado con el representante del centro en el CPR para contarle la idea, que este la había expuesto allí y que alguien, para sorpresa nuestra, había pensado que igual hasta podíamos sacar algo en limpio. 




En limpio no sé si sacaremos algo ahora, que vamos a destripar el iDoceo eso lo sabe hasta el tato. Bueno, y mis hijos, que cada vez que me ven con el programilla de marras dicen "ya está mami estudiando". Porque hay que ver la cantidad de posibilidades que tiene y lo poco que conocemos de él. Yo calculo que debemos usar entre un cinco y un diez por ciento, y así todo, me siento encantada de que nos hayamos conocido. No quiero pensar cuando su interior deje de ser un secreto para mí..... Lo mismo hasta le propongo matrimonio.





En fin, que como quien no quiere la cosa, el proyecto ha salido adelante y en los próximos meses nos dedicaremos a explorar y explotar el iPad, con el objetivo de que al acabar nuestra tarea de investigación la manzanita no tenga secretos para nosotras y hayamos conseguido que nos haga la vida un poquito más fácil. Estoy segura que todas trabajaremos para que así sea, que a nadie la amarga un dulce. Así que, chicas, a trabajar se ha dicho....